La Universidad de Salamanca (USAL) ha inaugurado la Unidad de Evaluación Acústico-Auditiva (UNEVA), ubicada en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León, y que se define como una «infraestructura pionera en Castilla y León para la investigación en audición». Dirigida por el catedrático Enrique López Poveda, el principal elemento de esta nueva instalación es una sala insonorizada con reverberación variable que permite simular la escucha en diversos ambientes sonoros, en la que se ha instalado un anillo formado por 24 altavoces Genelec 8020D colocados en un círculo de casi 3 metros de diámetro.
El excepcional compromiso de Genelec con la investigación y el desarrollo ha dado como fruto infinidad de avances de la industria y ha llevado a Genelec a ejercer el liderazgo absoluto en el terreno de la monitorización activa para estudio. Su excepcional fiabilidad, sonido neutro y su capacidad de adaptar su respuesta en frecuencia al entorno de audición le han permitido superar los límites del mercado de la monitorización profesional para estudio para adentrarse en nuevos mundos que necesitan de sistemas de monitorización que ofrezcan un nivel de precisión sin precedentes. Y una buena muestra de ello es la reciente elección del monitor 8020D como piedra angular de la Unidad de Evaluación Acústico-Auditiva de la Universidad de Salamanca, dirigida por el prestigioso Dr. Enrique López Poveda.
Enrique López Poveda es catedrático de otorrinolaringología y estudió ciencias físicas en la Universidad de Salamanca. Posteriormente, realizó su doctorado en el Laboratorio del Habla y la Audición del Departamento de Ciencias Humanas de la Universidad de Loughborough (Reino Unido). Desde 1993 se ha dedicado en exclusiva a las ciencias de la audición. Su interés como investigador se centra en estudiar la percepción auditiva normal y patológica, así como a la creación de modelos computacionales.
Las diferentes líneas de trabajo de esta nueva unidad abarcan diversos aspectos: la investigación basada en experimentos de percepción tanto con personas sanas como con otras que sufren patologías, investigaciones en el campo de la neurociencia teórica y el desarrollo de modelos computacionales, y diversas líneas de investigación aplicada, que se ocupan de utilizar estos modelos para mejorar implantes auditivos, audífonos, y otros dispositivos de ayuda a la audición, así como métodos de diagnóstico de patologías auditivas.
Los modelos computacionales sirven a dos propósitos: primero, simular cómo funciona el sistema auditivo sano, pero también es posible modificar los modelos para conocer cómo se alteraría la representación del sonido en el cerebro de un oyente cuando existe una patología. Tal como afirma en Dr. López Poveda, “así podemos simular cómo se codifican los sonidos en el oído sano y cómo dejan de codificarse cuando existen daños. Y como disponemos de los modelos que simulan el comportamiento del oído sano, podemos utilizarlos como base para construir audífonos o implantes auditivos; es decir, tienes un algoritmo que reproduce el comportamiento del oído sano, y cuando el oído se altera, utilizamos ese algoritmo para reproducir lo que está fallando y reconstruir.”
Las investigaciones son financiadas en una parte por entidades públicas. UNEVA, en concreto, está cofinanciada por la Junta de Castilla y León y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional a través del programa INFRARED, y en otra parte -más importante- por entidades privadas y empresas multinacionales del ámbito de la audiología: empresas que diseñan técnicas y herramientas de diagnóstico, o que diseñan o fabrican audífonos e implantes cocleares. Esto les permite trabajar directamente con quien diseña la tecnología, lo que ha propiciado que el laboratorio posea diversas patentes de invenciones propias, que han vendido a empresas con las que colaboran y que financian sus investigaciones para diseñar, por ejemplo, los implantes cocleares del futuro. Buena muestra de ello es el trabajo que han venido desarrollando durante nueve años con una empresa para desarrollar un nuevo método de procesado de sonido para implantes cocleares; se espera que esté método se incorpore en un dispositivo comercial.
El corazón de esta nueva Unidad de Evaluación es su sala de acústica variable. Ha sido insonorizada y equipada con paneles que se pueden abrir o cerrar para regular la reverberación y la absorción, y que permite evaluar la audición de las personas en entornos realistas. La sala también está apantallada eléctricamente, ya que está forrada con una malla de metal (jaula de Faraday).
Según se ha observado, las personas que tienen problemas de audición y utilizan audífonos o implantes cocleares apenas tienen problemas para comprender el habla cuando no hay reverberación, pero cuando aparece la reverberación tienen muchas dificultades. La reverberación y los ambientes ruidosos en general son las causas principales de que las personas con problemas auditivos no entiendan bien.
“Y para ello tenemos estos altavoces. Hemos creado un anillo de altavoces, ahora formado por 24 altavoces, pero podríamos poner más. La idea es que el participante en un experimento se siente en la silla, y apoye o no la barbilla en un soporte especial. También hay un micrófono, porque una prueba típica consiste en reproducir una frase, una palabra o una conversación en presencia de otras frases, palabras o ruido que procede de otros altavoces. Por ejemplo, se reproduce una frase a través del altavoz 1, el oyente tendría que repetirla, y en el fondo hay ruido y otros altavoces están reproduciendo otras fuentes de habla. Si repite correctamente lo que ha oído, subimos el nivel de ruido. Cuanto más ruido y más locuciones se utilizan aumenta la dificultad para entender adecuadamente la locución principal. Se pueden manipular más las condiciones de audición abriendo o cerrando los paneles acústicos de la sala”, nos explica el Dr. López Poveda.
La instalación permite evaluar la audición de personas que sufren patologías auditivas en diferentes condiciones: por sí sola, con audífonos o sin audífonos, con implantes o sin ellos, y resulta imprescindible para evaluar el rendimiento de los dispositivos que se diseñan. Cada vez que se desarrolla un nuevo procesado de sonido para un audífono, o un nuevo audífono o un nuevo implante, también es imprescindible demostrar que aporta algo.
Además, este anillo permite realizar experimentos de localización de sonido. “Ahora tenemos un anillo, pero podríamos construir una esfera; el diseño del anillo también permite darle la vuelta y colgarlo del techo, para lo que hemos previsto unos ganchos en diversas posiciones, es decir, es muy versátil,” afirma el Dr. López Poveda.
El laboratorio también dispone de otros equipos que hacen posible sus investigaciones, como un sistema para medir actividad cortical que permite hacer registros de lectura de encefalografía mientras la persona está realizando el experimento, de forma que los investigadores se hagan una idea sobre cómo se activa el cerebro auditivo del oyente; por ejemplo, se observan diferencias en la representación de un mismo sonido bajo condiciones de ruido o sin él, o entre una persona que utiliza implantes u otra con audición normal; de este modo es posible analizar si la dificultad que tiene la persona para comprender se debe a que tiene una peor representación cerebral del sonido, objetivamente medida, o simplemente tiene un déficit cognitivo que no le hace utilizar esa representación del sonido.
Según nos explica el Dr. López Poveda, “Algo interesante es que, mientras estamos haciendo las medidas de localización o de inteligibilidad, tenemos un equipo de pupilometría para medir la dilatación pupilar; esta es una medida objetiva ya que la pupila se dilata cuando te cuesta más esfuerzo realizar una tarea. Por ejemplo, comprender el habla en condiciones de ruido dilata más la pupila que si intentas comprender la misma frase en un entorno silencioso; es una medida de cuánto esfuerzo estás haciendo por comprender la locución.”
También disponen de un equipo de realidad virtual que permite recrear, por ejemplo, un entorno e investigar sobre la interacción que existe entre información visual y auditiva.
El monitor biamplificado 8020D ofrece un pequeño tamaño y ha sido diseñado para la monitorización en entornos de difícil audición, especialmente en aquellos en los que se carece de espacio. Sin embargo, su tamaño no es una limitación ya que este monitor activo de dos vías incorpora las innovaciones en el diseño acústico desarrolladas por Genelec para minimizar todas las formas de distorsión.
El monitor incorpora un transductor de graves de 105 mm (4″) y una unidad de agudos de 19 mm (3/4″) montado en la avanzada guía ondas Directivity Controlled Waveguide (DCW) de Genelec. La respuesta en frecuencia en campo libre es de 66 Hz a 20 kHz (± 2.5 dB). El máximo pico SPL por par con material musical es de 105 dB a 1 metro. Los graves y los agudos son amplificados con sendos amplificadores de 50 W.